San Pedro es conocido como el apóstol que, a pesar de su naturaleza impulsiva y humana, se convirtió en la piedra fundamental de la Iglesia. Nacido como Simón, era un humilde pescador hasta que encontró a Jesús, quien lo llamó a seguir sus pasos. Su personalidad fuerte y sincera lo acercó a Jesús, pero también lo llevó a cometer errores, como cuando negó a Cristo tres veces antes del canto del gallo, un episodio que marcó profundamente su trayectoria. Sin embargo, San Pedro se redimió y fue perdonado, demostrando que incluso los más falibles pueden encontrar el camino de la redención.
Tras la ascensión de Jesús, San Pedro asumió un papel de liderazgo entre los apóstoles. De un pescador humilde, se transformó en una de las figuras más importantes del cristianismo. Según la leyenda, fue el primero en realizar milagros, sanar enfermos y difundir el mensaje de amor y fe. Sus palabras y actos inspiraron a muchos, y a menudo se le representa con las llaves del cielo, un símbolo de su papel como guardián de las puertas celestiales, a quien Jesús habría confiado las llaves del Reino de los Cielos.
Sin embargo, su historia no es solo de gloria. Se dice que San Pedro fue martirizado en Roma, bajo el mandato de Nerón, y pidió ser crucificado boca abajo, al no considerarse digno de morir de la misma manera que su Maestro. Este acto final de humildad refuerza el legado de un hombre que, a pesar de sus fallos y debilidades, dedicó su vida a la fe y al servicio de los demás, convirtiéndose en uno de los santos más venerados y queridos de la historia cristiana.
ATENCIÓN: LA ESTATUA SE ENVÍA DESMONTADA
Material: Resina de alta definición
Peso: 270 g
Altura: 25.5 cm
Longitud: 9.4 cm
Ancho: 11.6 cm
Imágenes meramente ilustrativas.
Producto frágil.
La pintura semi manual puede resultar en variaciones individuales en color y peso para cada producto.
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