En la mitología griega, Hebe es la diosa de la juventud y la copa divina. Hija de Zeus y Hera, su historia está marcada por momentos de gracia y humor. Antes de su matrimonio con Héracles (Hércules en la versión romana), Hebe servía como copera de los dioses del Olimpo, ofreciendo néctar y ambrosía, la comida y la bebida que otorgaban inmortalidad a los dioses.
Una de las historias más encantadoras de Hebe es su matrimonio con Héracles. Aunque inicialmente estaba destinada a casarse con el héroe Atena, un momento cómico durante un banquete cambió el curso de los acontecimientos. Hebe accidentalmente dejó caer la copa divina, lo que causó risas entre los dioses. Héracles, encantado por la alegría de Hebe, pidió su mano en matrimonio, y los dioses acordaron con la unión.
Hebe, con su eterna juventud y vitalidad, simboliza la celebración de la vida y la alegría divina. Su presencia en los banquetes olímpicos representa la energía juvenil que ella aporta al mundo de los dioses.
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