Lúcifer, la Estrella de la Mañana, hijo del amanecer y portador de la luz. El más brillante entre los hijos de Dios, el más célebre de los arcángeles. Inmensas eran sus virtudes, pero tan grande como ellas, su orgullo. Y por causa de ello, Lúcifer se levantó en rebelión contra el trono divino, y un tercio de las huestes celestiales se unió a él hasta que Miguel puso fin a la insurgencia.
Profunda fue su caída al vacío que pasaría a llamarse Sheol, Infierno. Allí fue condenado a velar sobre las almas de los condenados hasta el ajuste de cuentas en el Apocalipsis. Desde entonces ha sido conocido por muchos nombres: Arcángel oscuro, ángel caído, diablo, demonio, Satanás, el Enemigo. Desde tiempos primordiales, se ha representado de diferentes formas en el cristianismo.
Es el adversario, la encarnación de todo el mal y el origen del pecado, el corruptor del Edén. Pero también es una figura trágica en busca de un paraíso perdido por sus propios errores, una historia de advertencia. Sea cual sea la verdad, su sombra es larga y susurros sobre su ser asustan a la humanidad hasta el día de hoy, incluso en la era de la ciencia y el escepticismo.
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Peso: 857 g
Altura: 24.6 cm
Longitud: 10 cm
Ancho: 11.4 cm
Imágenes meramente ilustrativas.
Pintura manual, por lo que el color puede variar.
Producto frágil.
