Horus era, en la mitología egipcia, el dios del cielo y de los faraones, simbolizado por un halcón o un hombre con cabeza de halcón. Era considerado el protector de Egipto y de los vivos. Su imagen se usaba como amuleto protector y símbolo de poder.
Según la leyenda, Horus disputó el trono de Egipto con su tío Seth, quien había asesinado a su padre, Osiris. Después de una larga batalla, Horus emergió victorioso y se convirtió en el rey de los dioses y de los hombres. Simbolizaba la justicia divina y la realeza, y su imagen a menudo se asociaba con la de los faraones.
Los egipcios creían que Horus era uno de los dioses más importantes y poderosos de su religión y que protegía a la nación y a su pueblo.
Su imagen a menudo se representaba en templos, tumbas y objetos personales, como amuletos y joyas. Los egipcios también creían que Horus ayudaría a los muertos a llegar al más allá con seguridad.
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