Las gárgolas, con sus formas curiosas y a menudo aterradoras, han custodiado las alturas de catedrales e iglesias desde la época medieval. Talladas en piedra, estas misteriosas criaturas tenían una función práctica: servían como canaletas para drenar el agua de lluvia, evitando que dañara las estructuras de los edificios. Pero, con el tiempo, adquirieron un significado casi místico, como guardianes que alejaban a los malos espíritus y protegían a los fieles. No es de extrañar que su presencia provoque tanto fascinación como escalofríos.
Llenas de formas híbridas, las gárgolas a menudo combinan rasgos humanos, animales e incluso demoníacos. Algunos dicen que son un reflejo de los miedos y creencias de la Edad Media, una época marcada por las supersticiones y una intensa visión de lo sobrenatural. También representan un contraste: mientras que los interiores de las iglesias estaban llenos de luz y espiritualidad, las gárgolas del exterior eran grotescas, recordando a los fieles las fuerzas del mal que debían evitar.
A pesar de su apariencia feroz, las gárgolas tienen algo cautivador. Nos llevan a imaginar historias de tiempos lejanos, llenas de misterio y magia. Ya sean dragones alados, criaturas con garras o caras burlonas, siguen poblando nuestra imaginación como símbolos de una conexión entre lo funcional y lo fantástico, entre lo real y lo mítico. Con cada mirada, parece que tienen algo que contarnos, un secreto de las piedras que desafía los siglos.
Peso: 500 g
Altura: 18,8 cm
*Imágenes sólo con fines ilustrativos.
**El producto es semiartesanal, por lo que puede haber ligeras variaciones con relación a la foto, dimensiones y peso.
***Producto destinado a la decoración, definitivamente no es un juguete.
****Producto frágil
*****Los tonos de color pueden variar de un monitor a otro.