Entre los seres celestiales, pocos son tan renombrados como el Arcángel Miguel. Este espíritu guerrero tiene una reputación que lo diferencia de los demás arcángeles. Miguel es la espada de Dios, el arma de los cielos contra las fuerzas de las tinieblas.
Según las enseñanzas católicas y ortodoxas, Miguel es el líder de la hueste celestial, quien expulsó al arcángel oscuro, Lucifer, del cielo y lo condenó, junto con sus legiones demoníacas, al infierno. También será él quien liderará el triunfo final contra el mal.
La Iglesia católica cree que, además de su rol de liderazgo en el cielo, Miguel representa la muerte y es responsable de llevar al paraíso a aquellos que lo merecen. Su tercer papel es como juez de las almas, y por último, es el patrono del pueblo elegido del Antiguo Testamento, que dio nacimiento al Salvador.
Por encima de todo, Miguel es la personificación del honor y del deber frente al caos y la desunión representados por el diablo. Él es el avatar de la victoria.
Especificaciones
Notas